Questões de Concurso Militar EsFCEx 2020 para Magistério de Espanhol
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Q1777797
Espanhol
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Escuela y sociedad:
un vínculo en constante cambio y tensión
La relación entre las instituciones educativas, la comunidad a la que
pertenecen y las familias de los alumnos se ha vuelto un gran desafío
para docentes y directivos. El diálogo, el trabajo en equipo y las
convicciones, claves para superar tensiones.
¿Seguirá siendo la escuela “el segundo hogar”? Esta
pregunta pone en cuestión la relación actual entre la sociedad
y las instituciones educativas. Negar que los profundos
cambios que atraviesa la sociedad, en todos los órdenes,
afectan el rol de las instituciones educativas, cualquiera sea
su nivel y modalidad, es sencillamente negar la realidad y
todos los desafíos y problemas que deben ser enfrentados
y resueltos por el sistema educativo. Las evocaciones
nostálgicas de las escuelas “de antes”, “los maestros y
profesores de antes” son inútiles pretensiones de retrotraer la
historia y lo que sucede hoy.
Los distintos sectores sociales ven la escuela con
diferentes expectativas, aunque todos ellos reconocen el
papel fundamental de su tarea. Con todas las críticas que
se puedan hacer a su funcionamiento, actualización de
contenidos, métodos didácticos, concepciones pedagógicas,
en la conciencia colectiva todavía existe la certeza de que
algo bueno y necesario sucede en la escuela.
Desde la expectativa básica de la asistencia y cuidado de
los hijos, para aquellas familias en las que los padres trabajan
la mayor parte del día (en estos casos la escuela representa
un “lugar seguro” donde dejarlos), hasta una gran mayoría
que deposita, además, otras ilusiones sobre la escuela, como
las de conseguir un mayor desarrollo a todos los niveles en
el estudiante. Así, las familias reconocen las posibilidades
que la institución escolar ofrece en todos los ámbitos. Esto
incluye a los adultos, que ven en la educación la posibilidad
de calificar su ingreso a “la sociedad del conocimiento” y
poder así acceder a una mejor calidad de vida, cualesquiera
sean las circunstancias socioeconómicas existentes.
A pesar de todo lo dicho y precisamente por eso, existe
una tensión permanente entre la institución educativa y las
expectativas de la sociedad. Esa tensión que de alguna
manera constituye un conflicto latente en la relación se puede
resolver de distintas maneras.
Alejandra Pontari, con treinta años de experiencia
docente como profesora de nivel medio afirma sin dudar:
“Las mejores experiencias que he tenido con las familias han
sido cuando la escuela invita a participar y da protagonismo
a la familia en el funcionamiento de la escuela (sin mezclar
las competencias). Las familias han podido sentirse incluidas
cuando se les ‘presta el oído’, se las deja opinar o se les
explican, incluso, realidades pedagógicas. Organizar a las
familias y prestarles un espacio en la escuela es mucho más
que citarlas para conversar sobre sus hijos. Es ‘ponerlas a
pensar’ sobre el rol que tienen sobre la educación de sus
hijos y cómo acompañarlos”.
Finalmente, esa tensión connatural a la tarea de la
escuela y su relación con la sociedad encuentra un serio
obstáculo en los “contramodelos” culturales vigentes. Ya se
sabe que la escuela ha dejado de ser “la única institución que
enseña”. Pero lo que los conocimientos y la tecnología jamás
podrán reemplazar es la transmisión de valores y sentidos y
la construcción del juicio crítico. Y es ahí donde la escuela
redescubre su misión. Esto incluye a los propios docentes y
directivos quienes, con sus actitudes concretas (algunos lo
llaman “curriculum oculto”), definen modelos de vida, criterios
deseables en un proceso de humanización y socialización. Es
ahí donde esa valoración colectiva de la institución educativa
entra en crisis y genera conflictos, en ocasiones duros y
frustrantes, con daño a la calidad del necesario vínculo o
“contrato educativo escuela-familia”. Solo la templanza y
coherencia de los directivos y docentes, el trabajo en equipo,
la firmeza en las convicciones y la capacidad de diálogo
pueden superar esas pruebas.
(José María Leofanti. https://ciudadnueva.com.ar. 08.03.2019. Adaptado)
El adjetivo “frustrantes”, en el último párrafo del texto, se
refiere a
Q1777798
Espanhol
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Educación en tiempos de pandemia:
COVID-19 y equidad en el aprendizaje
El coronavirus está cambiando la forma en que se
imparte la educación, ya que la escuela y el hogar ahora se
convierten en el mismo lugar tras las necesarias regulaciones
efectuadas. Según la UNESCO, más de 861.7 millones de
niños y jóvenes en 119 países se han visto afectados al tener
que hacer frente a la pandemia global que nos ha sacudido
este año. Millones de familias en EE.UU. se han tenido que
unir al 1.7 millón de niños que se encuentran enrolados en
la educación en el hogar (homeschooling). Al igual que en
México, donde la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha
extendido el período vacacional desde el 23 de marzo al 17
de abril del 2020.
Estas medidas terminan por iluminar la realidad de los
muchos otros roles que la escuela ofrece además de lo
académico. Ya que, para algunos, resulta ser una complicación
incómoda, mientras que para otros, la situación es aún más
preocupante. En ciudades donde el 70% de los estudiantes
viene de familias de bajos ingresos, llevar la escuela a casa
significa enfrentarse a no poder ofrecer comidas adecuadas,
y mucho menos la tecnología o conectividad necesarias para
el aprendizaje online.
Según el World Economic Forum, sólo alrededor del 60%
de la población mundial tiene acceso a la red, generando que
muchísimas instituciones busquen soluciones provisionales
a esta crisis, tales como el sistema educativo mexicano, que
fuera de colegios privados o facultades universitarias no se
acogió la implementación de aprendizaje en línea para el
sector público. La brecha digital continúa expandiéndose a
medida que los estudiantes en sectores vulnerables siguen
quedándose atrás en su aprendizaje.
El mayor cambio que requiere el aprendizaje virtual es la
flexibilidad y el reconocimiento de que la estructura controlada
de una escuela no es replicable en línea. Muchas preguntas
surgen a raíz de las problemáticas que tienden a afectar de
manera desigual a aquellos en desventaja. El apoyo que se
proporcionará, por ejemplo, a miles de madres mexicanas
que necesitan escuelas abiertas porque tienen que trabajar
y su empleador no le permite trabajar desde casa, a familias
inmigrantes que deberán averiguar cómo participar en la
educación en el hogar con programas en inglés, que podría
no ser su primer idioma, o a los niños que dependen de la
escuela para sus comidas, es aún desconocido.
(Paola Estrada Villafuerte.
https://observatorio.tec.mx. 19.03.2020. Adaptado)
Según lo dicho en el primer párrafo,
Q1777799
Espanhol
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Educación en tiempos de pandemia:
COVID-19 y equidad en el aprendizaje
El coronavirus está cambiando la forma en que se
imparte la educación, ya que la escuela y el hogar ahora se
convierten en el mismo lugar tras las necesarias regulaciones
efectuadas. Según la UNESCO, más de 861.7 millones de
niños y jóvenes en 119 países se han visto afectados al tener
que hacer frente a la pandemia global que nos ha sacudido
este año. Millones de familias en EE.UU. se han tenido que
unir al 1.7 millón de niños que se encuentran enrolados en
la educación en el hogar (homeschooling). Al igual que en
México, donde la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha
extendido el período vacacional desde el 23 de marzo al 17
de abril del 2020.
Estas medidas terminan por iluminar la realidad de los
muchos otros roles que la escuela ofrece además de lo
académico. Ya que, para algunos, resulta ser una complicación
incómoda, mientras que para otros, la situación es aún más
preocupante. En ciudades donde el 70% de los estudiantes
viene de familias de bajos ingresos, llevar la escuela a casa
significa enfrentarse a no poder ofrecer comidas adecuadas,
y mucho menos la tecnología o conectividad necesarias para
el aprendizaje online.
Según el World Economic Forum, sólo alrededor del 60%
de la población mundial tiene acceso a la red, generando que
muchísimas instituciones busquen soluciones provisionales
a esta crisis, tales como el sistema educativo mexicano, que
fuera de colegios privados o facultades universitarias no se
acogió la implementación de aprendizaje en línea para el
sector público. La brecha digital continúa expandiéndose a
medida que los estudiantes en sectores vulnerables siguen
quedándose atrás en su aprendizaje.
El mayor cambio que requiere el aprendizaje virtual es la
flexibilidad y el reconocimiento de que la estructura controlada
de una escuela no es replicable en línea. Muchas preguntas
surgen a raíz de las problemáticas que tienden a afectar de
manera desigual a aquellos en desventaja. El apoyo que se
proporcionará, por ejemplo, a miles de madres mexicanas
que necesitan escuelas abiertas porque tienen que trabajar
y su empleador no le permite trabajar desde casa, a familias
inmigrantes que deberán averiguar cómo participar en la
educación en el hogar con programas en inglés, que podría
no ser su primer idioma, o a los niños que dependen de la
escuela para sus comidas, es aún desconocido.
(Paola Estrada Villafuerte.
https://observatorio.tec.mx. 19.03.2020. Adaptado)
Considerando que “Estas medidas terminan por iluminar
la realidad de los muchos otros roles que la escuela ofrece
además de lo académico”, el elemento “lo” tiene la misma
función que en “lo académico” y está correctamente
empleado en:
Q1777800
Espanhol
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Educación en tiempos de pandemia:
COVID-19 y equidad en el aprendizaje
El coronavirus está cambiando la forma en que se
imparte la educación, ya que la escuela y el hogar ahora se
convierten en el mismo lugar tras las necesarias regulaciones
efectuadas. Según la UNESCO, más de 861.7 millones de
niños y jóvenes en 119 países se han visto afectados al tener
que hacer frente a la pandemia global que nos ha sacudido
este año. Millones de familias en EE.UU. se han tenido que
unir al 1.7 millón de niños que se encuentran enrolados en
la educación en el hogar (homeschooling). Al igual que en
México, donde la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha
extendido el período vacacional desde el 23 de marzo al 17
de abril del 2020.
Estas medidas terminan por iluminar la realidad de los
muchos otros roles que la escuela ofrece además de lo
académico. Ya que, para algunos, resulta ser una complicación
incómoda, mientras que para otros, la situación es aún más
preocupante. En ciudades donde el 70% de los estudiantes
viene de familias de bajos ingresos, llevar la escuela a casa
significa enfrentarse a no poder ofrecer comidas adecuadas,
y mucho menos la tecnología o conectividad necesarias para
el aprendizaje online.
Según el World Economic Forum, sólo alrededor del 60%
de la población mundial tiene acceso a la red, generando que
muchísimas instituciones busquen soluciones provisionales
a esta crisis, tales como el sistema educativo mexicano, que
fuera de colegios privados o facultades universitarias no se
acogió la implementación de aprendizaje en línea para el
sector público. La brecha digital continúa expandiéndose a
medida que los estudiantes en sectores vulnerables siguen
quedándose atrás en su aprendizaje.
El mayor cambio que requiere el aprendizaje virtual es la
flexibilidad y el reconocimiento de que la estructura controlada
de una escuela no es replicable en línea. Muchas preguntas
surgen a raíz de las problemáticas que tienden a afectar de
manera desigual a aquellos en desventaja. El apoyo que se
proporcionará, por ejemplo, a miles de madres mexicanas
que necesitan escuelas abiertas porque tienen que trabajar
y su empleador no le permite trabajar desde casa, a familias
inmigrantes que deberán averiguar cómo participar en la
educación en el hogar con programas en inglés, que podría
no ser su primer idioma, o a los niños que dependen de la
escuela para sus comidas, es aún desconocido.
(Paola Estrada Villafuerte.
https://observatorio.tec.mx. 19.03.2020. Adaptado)
Según las informaciones del tercer párrafo,
Q1777801
Espanhol
Texto associado
Leia o texto para responder à questão.
Educación en tiempos de pandemia:
COVID-19 y equidad en el aprendizaje
El coronavirus está cambiando la forma en que se
imparte la educación, ya que la escuela y el hogar ahora se
convierten en el mismo lugar tras las necesarias regulaciones
efectuadas. Según la UNESCO, más de 861.7 millones de
niños y jóvenes en 119 países se han visto afectados al tener
que hacer frente a la pandemia global que nos ha sacudido
este año. Millones de familias en EE.UU. se han tenido que
unir al 1.7 millón de niños que se encuentran enrolados en
la educación en el hogar (homeschooling). Al igual que en
México, donde la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha
extendido el período vacacional desde el 23 de marzo al 17
de abril del 2020.
Estas medidas terminan por iluminar la realidad de los
muchos otros roles que la escuela ofrece además de lo
académico. Ya que, para algunos, resulta ser una complicación
incómoda, mientras que para otros, la situación es aún más
preocupante. En ciudades donde el 70% de los estudiantes
viene de familias de bajos ingresos, llevar la escuela a casa
significa enfrentarse a no poder ofrecer comidas adecuadas,
y mucho menos la tecnología o conectividad necesarias para
el aprendizaje online.
Según el World Economic Forum, sólo alrededor del 60%
de la población mundial tiene acceso a la red, generando que
muchísimas instituciones busquen soluciones provisionales
a esta crisis, tales como el sistema educativo mexicano, que
fuera de colegios privados o facultades universitarias no se
acogió la implementación de aprendizaje en línea para el
sector público. La brecha digital continúa expandiéndose a
medida que los estudiantes en sectores vulnerables siguen
quedándose atrás en su aprendizaje.
El mayor cambio que requiere el aprendizaje virtual es la
flexibilidad y el reconocimiento de que la estructura controlada
de una escuela no es replicable en línea. Muchas preguntas
surgen a raíz de las problemáticas que tienden a afectar de
manera desigual a aquellos en desventaja. El apoyo que se
proporcionará, por ejemplo, a miles de madres mexicanas
que necesitan escuelas abiertas porque tienen que trabajar
y su empleador no le permite trabajar desde casa, a familias
inmigrantes que deberán averiguar cómo participar en la
educación en el hogar con programas en inglés, que podría
no ser su primer idioma, o a los niños que dependen de la
escuela para sus comidas, es aún desconocido.
(Paola Estrada Villafuerte.
https://observatorio.tec.mx. 19.03.2020. Adaptado)
De acordo com o último parágrafo,